Barcelona, 1937. La escasa unión entre las fuerzas de izquierdas catalanas durante la Guerra Civil saltó por los aires a comienzos de mayo de 1937. Conocidos como los Sucesos de Mayo, entre los días 3 y 7 de ese mes las fuerzas partidarias del Gobierno de la Generalitat y diferentes grupos anarquistas se enfrentan en las calles de Barcelona con un resultado sangriento: alrededor de 500 muertos y 1.000 heridos, según las crónicas del momento.

Testimonio de la violencia de aquellos días es esta imagen tomada en la Plaza de Sant Jaume, donde se aprecia una barricada levantada con adoquines y sacos terreros por milicianos leales al Gobierno de la Generalitat para defender el centro político de la ciudad.

Hoy en día la plaza se mantiene como punto de referencia, tanto en el plano turístico como en el político. Lugar obligado de visita para todo aquel que llega a Barcelona, y centro neurálgico de la política catalana al dar cabida al  Ayuntamiento de la ciudad y el Palau de la Generalitat.